II Domingo del Tiempo Ordinario

Enero 14 de 2018

Lecturas del día

Primera Lectura: 1 Sam 3,3b-10. 19

Segunda Lectura: 1 Cor 6,13b-15a. 17-20

Evangelio: Jn 1,35-42

Reflexión

El joven Samuel responde a la misteriosa llamada de Dios para entregarse enteramente a Su servicio.

La Palabra de Dios es una lámpara que permanece encendida para iluminar nuestra existencia, ella se ofrece a nosotros como un punto de apoyo para que asumamos actitudes encaminadas a la realización de nuestra existencia.

Se hace necesario tener una apertura de nuestro corazón a las llamadas que nos hace el Señor a través del Espíritu Santo. Samuel es un vivo ejemplo, que responde al Señor con una actitud de SERVICIO: “Habla Señor que tu siervo escucha”. Esta actitud la encontramos también en los discípulos de Juan el Bautista, que sin dudarlo escuchando a su maestro, siguen de inmediato al Maestro, y no solo esto, también comunican el hallazgo a sus compañeros, Andrés le comunica a Cefas (Pedro) que ha encontrado al Mesías, al Maestro.

Nos hace la Palabra de Dios a ser de nuestra vida un testimonio que convence, que arrastra hacia el encuentro con la Verdad Absoluta. Nuestra vida adquirirá un sentido más completo en la medida en permitamos al Espíritu Santo hacer su obra en nosotros.

Por otro lado, el apóstol Pablo nos está invitando a que hagamos de nuestro cuerpo el auténtico aposento del Espíritu Santo. Hoy son muchos los medios que inducen a las personas a hacer de su cuerpo una vitrina, como si el fuera una mercancía; lejos, nuestro cuerpo es un instrumento, obra de Dios donde debe habitar Él con toda su riqueza.

Debemos asumir de nuestra parte una defensa total de nuestro cuerpo, no lo podemos dejar a la deriva, como si sólo se tratara de un mero accidente; también es un llamado a dignificar el cuerpo que requiere de nuestro cuidado pero sin llegar a los extremos donde alcanza hitos extremos la vanidad o la expresión del hedonismo.

Para la reflexión personal:

• ¿Qué te seduce hoy en tu vida?

• ¿Estas convencidos de la dignidad del servicio a Dios y a los hermanos?

• ¿Eres consciente de la necesidad de dar testimonio de Cristo y mostrarlo a los demás?

• ¿Te preocupas tanto del cuerpo que descuidas el alma?

• ¿Eres consciente de lo que significa ser templo del Espíritu Santo?