La liturgia del 6° domingo del tiempo ordinario
Febrero 11 de 2018
Primera Lectura: Lv 13, 1-2.44-46
Segunda Lectura: 1 Cor 10, 31-11,1
Lectura del santo Evangelio según San Marcos Mc 1, 40-45.
Reflexión
Entre nosotros ya no hay enfermos de lepra, o si los hay de verdad que no son visibles, pero si sabemos en qué consiste tal enfermedad; para el autor del Levítico la lepra era una enfermedad que hacía que se excluyera de la comunidad al enfermo (recordemos que la fecha en que se escribió este libro es aproximadamente en el año 1445 a.C., hoy las cosas han cambiado, y este cambio ha iniciado desde el mismo Cristo que escucha la súplica del leproso, y lo toca y así le devuelve la salud, lo incorpora nuevamente a la sociedad a la familia; el Señor siempre está atento a nuestras necesidades, siempre está ateto a escucharnos y siempre quiere acudir en nuestro apoyo para devolvernos completamente la salud.
Hoy existe otra clase de lepra, quizás más grave que aquella que destroza nuestra piel, se trata de la lepra del pecado que se manifiesta en el silencio frente a la corrupción, a la mentira, a la explotación del ser humano, a la esclavitud del hombre en sus vicios o en el afán del prestigio comprado, del afán por el poder y tener, etc.
La palabra de Dios nos invita hoy a no permitir la exclusión de la sociedad a aquellos que tienen algún tipo de lepra, por el contrario, es invitarlos a que se sanen, a que ellos dejen aquello que los está carcomiendo, para que dejándose tocar por la gracia de Cristo inicien una vida nueva en Él.
A veces estamos con lepra y no lo sabemos o no nos queremos dar cuenta de ello, un signo firme que nos muestra que la lepra no nos está destruyendo es que nos esforzamos por imitar a Cristo, san Pablo se ha esforzado por hacer de su vida una imitación fiel de la vida de Cristo.
Hoy nuestra sociedad requiere de hombres y mujeres limpios de lepra, por eso tenemos que buscar con mayor insistencia a Cristo que es nuestra medicina, Él es nuestra “ANTIDOTO”, el que lo busca y el que permanece en con Él y junto a Él no se dejará contaminar de las distintas manifestaciones de lepra que hoy rondan nuestra sociedad.La lepra es como aquella infección que empieza con algunas dolencias, un poco de fiebre, y que si no ponemos atención se nos puede convertir en una enfermedad mortal, así las lepras de la sociedad, a veces creemos que una pequeña mentira, una falta de honestidad, etc., creemos que eso no es nada, pero eso suma y es ahí donde está el problema.
Si no queremos contagiarnos de esta suciedad, en necesario acercarnos más y mejor a Cristo.
Que Dios en su infinita misericordia nos auxilie con su Espíritu Santo para podamos permanecer limpios del pecado y lleguemos sanos al encuentro con Él.